Los menores de 30 años tienen al servicio como su principal fuente de acceso a contenido audiovisual. Muy pronto su impacto será aún mayor.
Cuando acoplamos algo a nuestra cultura difícilmente medimos su impacto. Es tal su influencia que sencillamente no nos percatamos que cambiamos o nos adecuamos a ese "intruso" de una forma casi perfecta.
Youtube es un ejemplo de esta adaptación. Un impacto que quizás no sabemos medir algunos usuarios de Internet que seguimos anclados a los medios tradicionales de acceso a los contenidos audiovisuales, pero que es común entre los jóvenes.
La población menor a 30 años pasa más tiempo en Internet que en la televisión; buena parte de este lapso lo ocupa disfrutando del entretenimiento que se aloja en el portal de videos más influyente del mundo.
¿Estamos realmente preparados para entender el impacto comunicacional que tiene alojar un video en este portal? Seguramente no. Sólo asumimos que a través de este servicio se han impulsado movimientos sociales, desvelado ataques terroristas o criticado el lanzamiento de algún producto.
¿Era necesario transmitir imágenes del asesinato de Muamar Kadafi? ¿Sabía el gobernador del Estado Zulia, Pablo Pérez, que estaba siendo grabado, quizás desde algún celular, durante su riña en la avenida Bella Vista en Maracaibo, que contrastó con la imagen pública que quiere exhibir el candidato en campaña?
Retransmisiones como estas, que parten de la gente, son ejemplos de que comienza a levantarse como un nuevo sentido de la comunicación audiovisual. Crudo, auténtico, pero no menos apasionante y que seguramente, se adapta mejor al tipo de mensaje que las nuevas audiencias quieren ver.
Quizás los jóvenes, claramente identificados con este servicio, asimilarán mejor la carga semántica y semiótica que implicará el cambio que gesta Youtube. Apasionante sin dudas, pues el servicio comienza a ampliar su oferta.
Los contenidos en vivo se transformarán en la referencia y debemos tener mesura, dejar hacer, pero supervisar, y sobre todo, preparar a las audiencias a los mensajes que se transmitirán. Un amplio espectro de posibilidades, desde las más ambiciosas promociones publicitarias, hasta mensajes altamente nocivos para la salud mental de las audiencias.
Nada de lo que pasa en el mundo pareciera escapar a las videocámaras de los 500 millones de usuarios del servicio. Sin dudas, los cambios que impulsa Youtube apenas comienzan.
DATO. Desplazó a la TV
El portal de videos en vivo y bajo demanda se convirtió en la primera elección de los jóvenes venezolanos, y alcanza el 42% de preferencias de los usuarios de entre 18 y 25 años.
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